En el mundo del marketing digital es famosa la frase “El contenido es el rey”.
Pero no, no puede ser un contenido cualquiera, debe ser un contenido de valor.
Y yo me pregunto:
¿Entienden realmente los posibles clientes de quienes nos dedicamos a alguna de las ramas de marketing digital lo que les estamos pidiendo cuando les decimos que deben crear contenido de valor?
Para mí, contenido de valor es todo aquello que se aporta a los demás, de forma verbal o escrita, desde la generosidad.
Cuando escribimos un artículo en nuestro blog, debemos hacerlo pensando en quien lo va a leer y no en nosotros mismos.
¿Le interesará? ¿Le servirá para algo?
Nuestro conocimiento no nos pertenece en exclusiva, así que tranqui, no vas a desvelar ningún secreto. 😉
Y si lo desvelas, mejor, seguro que le beneficia a alguien.
No escribas o hables pensando en vender, sino en cuánto puedes ayudar.
Veamos un par de ejemplos:
Lo primero de todo es saber para quien escribes o hablas.
Si no conoces a tu cliente ideal, mal podrás comprender qué contenido le interesa y cómo ofrecerle algo que le vaya a resolver un problema o necesidad.
Es preciso hablar de forma sencilla y comprensible.
Tal vez hayas recibido por WhatsApp unos vídeos en los que la conversación de dos ejecutivos está tan sobrecargada de anglicismos y “palabros” raros que no se les entiende.
Lo mismo pasa con tus textos en internet.
Tú conoces muy bien tu producto o servicio, pero no todo el mundo tiene por qué saber de qué estás hablando.
Como decía al principio, a los que nos dedicamos al marketing nos pasa mucho.
Hablamos de lead magnet, trafficker, landing page, squeeze page,…, incluso copywriting, como si fuesen vocablos habituales entre el común de los mortales.
¿Cómo va alguien a interesarse por nuestros artículos si ni siquiera logra interpretar de qué estamos hablando?
¿No te ha pasado nunca que has entrado en la web de una empresa para ver a qué se dedican y has salido igual?
Puedes perfectamente haber estado cinco minutos leyendo sobre sus servicios o productos y decir “no me he enterado de nada”.
Expresiones como “ofrecemos un servicio integral” o “desarrollamos estrategias estructurales integradoras” son muy comunes, pero poco clarificadoras.
¿Qué es realmente lo que haces? ¿Para qué me sirve a mí?
Necesitamos leer textos con los que digamos:
“¡Ah, esto no lo sabía y me sirve para aplicarlo en mi negocio/mi vida!”
O “Eso que cuentas a mí también me pasa y no se me había ocurrido que se podía resolver tan fácilmente”.
Es decir, necesitamos contenidos que nos aporten beneficios.
Para escribir sobre un tema y aportar valor es importante que seamos especialistas en ello.
Si yo conozco muy bien cómo funciona el algoritmo de LinkedIn (o por lo menos lo intuyo) o sé cómo escribir textos persuasivos para vender en internet, me será mucho más fácil hablar sobre ello que a alguien que tan solo se ha leído cuatro artículos sobre LinkedIn o el copywriting en internet.
Solo seremos generosos si tenemos una actitud positiva ante la vida.
Si somos optimistas escribiremos o hablaremos pensando en dar y no en recibir.
Habitualmente cuando somos generosos y damos, obtenemos de vuelta más de lo entregado.
¿Qué les pasa a las personas que están constantemente hablando de sí mismas todo el tiempo o llevan cualquier tema de conversación hacia su propia persona?
Aunque suene cruel decirlo, terminan solas. Nadie quiere escucharlas.
Lo mismo pasa con las páginas web en las que todo es “yo, me, mi, conmigo”.
Sí, esas webs en las que solo se habla de la propia empresa, del mogollón de años de experiencia que tienen y lo bien que hacen su trabajo.
¿A alguien le interesa?
No nos dicen cómo, tú o yo que estamos interesados en su producto o servicio, podemos solucionar nuestro problema o necesidad con lo que ellos nos ofrecen.
No es posible aportar contenido de valor si no escuchamos lo que necesita nuestro cliente ideal.
Es importante permanecer atentos a los comentarios de nuestro blog, nuestras redes sociales, las respuestas a nuestros emails, las conversaciones telefónicas o videollamadas, …
Escucha no solo con los oídos sino también con la vista y el corazón.
Espero que este artículo haya sido valioso para ti y te sea útil.
Por favor, hazme saber tu opinión y experiencia durante la lectura en los comentarios de más abajo.
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