¿Por qué unos anuncios nos llaman la atención más que otros?
¿Por qué hay publicaciones en redes sociales que nos atrapan y no dudamos en darles un like?
¿Por qué cuándo estamos buscando un producto o un servicio y lo vemos en una web decidimos cuál nos convence y cuál no a la hora de comprarlo?
Hace unos días estaba buscando una silla de oficina en internet.
Me paso muchas horas al día sentado delante del ordenador y necesitaba mejorar mi puesto de trabajo.
Disfruto y me siento satisfecho con mi trabajo, entonces ¿por qué no sentirme lo más cómodo posible y hacer mi jornada laboral todavía más placentera?
En mi búsqueda en la red aparecieron muchas tiendas que me ofrecían infinidad de modelos.
En la mayoría de las sillas me decían cómo era el reposacabezas, la estructura, el respaldo, el asiento, … Me hablaban de si tenían altura regulable para el asiento, ruedas de Xcm, incluso, la posibilidad de que el respaldo se inclinara de forma continua sin quedarse fijado en un punto en concreto.
No sabía por cuál decidirme.
La verdad es que ninguna llamaba me atención.
Ninguna de las tiendas me decía en qué me beneficiaban a mí todas esas características tan buenas.
De pronto, me fijé en una tienda en la que encontré una silla que decía:
“Silla ergonómica con altura y respaldo regulable para que te sientas más cómodo durante las 8 horas de su trabajo diario y nunca más vuelvas a tener dolores de espalda”
Terminé comprando la silla que me decía lo que yo estaba realmente buscando.
Porque yo no buscaba una silla ergonómica, sino un lugar donde sentarme a trabajar y que luego no me duela la espalda.
Compré la marca que me daba confianza, la marca que se preocupaba por mí y mi dolor de espalda.
A la hora de presentar tus productos y servicios en internet, evidentemente las imágenes son importantes, pero no debes olvidar los textos.
Estoy seguro de que prestas atención a lo que dices en las comunicaciones con tu cliente. Al fin y al cabo, la imagen de tu empresa está en juego.
Pero también es muy probable que hayas tenido más en cuenta qué es lo que quieres conseguir con tu web, tus anuncios, vídeos o publicaciones en las redes sociales que cuál es el problema de tu cliente y cómo puedes solucionárselo.
El texto de internet de la silla que finalmente compré era un texto persuasivo, o lo que es lo mismo, hacía uso del copywriting.
Si eres de los que prestas más atención a cómo presentar tu negocio y lo mucho que puedes hacer por tus clientes que a preocuparte de si lo que estás contando le interesa a tu cliente, pasas del copywriting y de cómo puede ayudarte a incrementar tus ventas.
A estas alturas de la película, habrás oído mil veces eso de “el cliente es lo primero”, pero ¿sabes realmente cómo ponerlo en práctica?
Una de las formas de hacerlo es mediante una correcta comunicación con tus clientes.
Cuando yo buscaba la mejor silla para mí, sólo encontraba características de sillas que no me decían nada.
¡Todas eran iguales!
Hasta que una de esas características se convirtió en un algo beneficioso para mí: “por muchas horas que me pase sentado en esa silla, no me va a doler la espalda”.
Eso mismo es lo que ocurre en todos los textos que veas en internet y traten de venderte algo. Serán mucho más efectivos si son textos persuasivos o con copywriting que los que no emplean esta técnica.
Ahora, cambia en este texto la silla por tu producto o servicio y cuando hablo de mí, sustitúyelo por tu cliente ideal.
¿Estás vendiendo con textos persuasivos o con copywriting?
¿Habías oído antes hablar del copywriting?
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